Es una evidencia que no estamos suficientemente informados
respecto al sector bancario y los productos que manejan, muchos de ellos de
complejidad de entendimiento y deliberadamente lejanos a la comprensión del
consumidor medio, dado el lenguaje técnico, poco claro, ambiguo e inaccesible
en el que se expresan.
La ignorancia o desconocimiento ha originado abusos por
parte de los bancos, muchos de ellos auspiciados o favorecidos en su propio
interés ante la necesidad de capitalización, otros asumidos por el cliente, sea
como fuere, la cultura financiera es un
elemento indispensable para entablar cualquier relación bancaria, ya sea desde
el conocimiento de lo que es un ingreso o pago de una factura en caja, a la
contratación de productos financieros mucho más complejos como son las
preferentes, swaps y derivados. La falta de cultura puede explicar la
problemática que han suscitado, y los perjuicios que han supuesto a los
titulares de los anteriores productos, que desgraciadamente se han convertido
en algunos casos en auténticos dramas.
Como ejemplo paradigmático menciono las preferentes, también
denominadas acciones preferenciales, nacidas de la necesidad de captar recursos
en el mercado por parte de los bancos, en esencia, son depósitos a perpetuidad,
lo que significa, que el depositante o cliente del banco una vez efectuada la
operación no puede recuperar cuando desee el montante total del depósito, el
beneficio del depósito provendrá directamente del beneficio del banco, pero no
había opción de rescatar el dinero.
Entendiendo que era a perpetuidad la entrega del depósito, la pregunta es la siguiente: ¿Porque la gente asumió el riesgo? , ¿Lo hicieron conociendo las consecuencias de su actuación, sabiendo que comprometían sus ahorros a la buena salud del banco? ¿O lo hicieron persuadidos, engañados por el banco que necesitaba colocar el producto a favor suyo en detrimento del cliente?
La respuesta es ambivalente, culpa de los bancos por propiciar
y culpa de los consumidores por aceptar. En algunos casos fueron los bancos los que se
aprovecharon de su posición de dominio, colocando las preferentes a personas
que no tenían ni mucho menos capacidad
para discernir qué era lo que firmaban (personas mayores, afectadas por
minusvalías psíquicas etc…), no cabe decir que estás prácticas son éticamente
reprobables y merecedoras de reproche penal. Pero en otros muchos casos se
colocaron de manera consciente a personas que aunque no encajaban en un perfil
inversor, se les explico el producto en términos razonablemente comprensibles
en el marco de una negociación, en estos casos a posteriori se descubrió lo que era realmente
al sobrevenir la crisis bancaria, era el traspaso de la propiedad de la totalidad de su dinero al banco. Se asumió un riesgo,
el de hacer depender las ganancias propias a los dividendos de la entidad, riesgo que
se podría haber evitado si se hubiese tenido diligencia, precaución e
información sobre lo que se contrataba.
Las preferentes producto bancario interesado, por naturaleza
envenenado para el perfil del consumidor medio ha causado un daño
importantísimo a muchas familias, es un ejemplo generacional de la importancia de la información, de la
cultura como expresión de conocimiento, en este caso financiero, de la
necesidad de que las personas tomen la iniciativa respecto a los bancos, sepan
a qué se comprometen y desconfíen, en el mejor de los sentidos, de todo aquello
que no se les presente claramente, analicen su situación y aprendan a decir que
no a lo que no les interesa.
Los bancos no van cambiar su modelo de negocio, pero nosotros si podemos cambiar de actitud.
Los bancos no van cambiar su modelo de negocio, pero nosotros si podemos cambiar de actitud.
Os adjunto un link que os puede ser útil, es un video del
Notario del Colegio de Madrid, Fernando Gomá explicando con detalle las
preferentes y swaps.
http://hayderecho.com/2013/02/17/conferencia-sobre-preferentes-swaps-y-estructurados-del-editor-fernando-goma-en-el-colegio-notarial-de-madrid/
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